miércoles, 27 de marzo de 2013

EL ABORTO



Actualmente el aborto en es ilegal salvo en caso de amenaza a la vida o salud de la mujer, o si el embarazo sea el resultado de la violación de una mujer disminuida psíquica o demente. La pena para una mujer que tiene un aborto es de uno a cinco años de prisión y la pena para un médico o otra personas que realiza el procedimiento es de dos a cinco años.
En general en América Latina, el 29% de las mujeres ha tenido algún aborto. Al analizar por rangos de edad, en Ecuador, el grupo de mujeres que más declara que tuvo algún tipo de aborto se ubica entre los 30 y 55 años. Pero con un pico alto del 75%, desde los 41 a 45 años. Desde los 18 a 21 años, en cambio, solo se registra el 14,3% de mujeres que abortaron.

Pero el estudio no especifica qué tipo de aborto afrontaron, por lo que no se puede saber si fueron inducidos o naturales.
A escala nacional, este tema recobró protagonismo en los últimos días, a raíz de las campañas de grupos feministas, que defienden la despenalización del aborto. A través de grafitis y correos electrónicos promocionan métodos, bajo la etiqueta de “aborto seguro”. Incluso, la Editorial El Colectivo y el grupo de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto ofrecen descargas gratuitas por Internet de un libro que titula: Cómo hacerse un aborto con pastillas.
La agrupación Salud Mujeres, en cambio, difunde el uso de la pastilla Misoprostol, a través de una línea de teléfono. Este grupo está integrado por 15 mujeres de entre 19 y 27 años. Entre ellas Ana Cristina Vera, quien indicó que el propósito es luchar por la legalización del aborto.
Actualmente, la Constitución no permite el aborto en el país y por esto la Fiscalía ordenó el bloqueo de esta línea telefónica.
Para Vera, el Estado ha tenido una actitud “inoperante” frente a las 95 000 mujeres que abortan al año en el Ecuador, según datos de la Organización Mundial de la Salud. “Es un atentado contra la vida y salud de las mujeres que deben acudir a lugares clandestinas y a prácticas peligrosas”, dijo.
Sin embargo, el medicamento que recomiendan tampoco es seguro, según los médicos. La pastilla está reconocida para la prevención y tratamiento de las úlceras gástricas, dijo la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).

Lucrecia Capelo, gastroenteróloga de Novaclínica Santa Cecilia, en Quito, especifica que este fármaco lo recetaba hace 20 años para pacientes que también tomaban antiinflamatorios. Ahora no receta a ningún paciente, por los efectos secundarios.
Homero Loza, ginecólogo obstetra del Centro Materno Fetal Natal, señala que la pastilla debilita el tejido del cuello del útero, lo dilata y provoca la expulsión del feto, pero hay riesgos de infecciones. Quienes toman estas pastillas requieren de un legrado, porque partes del feto se quedan en el interior del útero.